FILOSOFIA LATINOAMERICANA

Este es un blog para todos aquellos que se preocupan por el conocimiento producido por filosofos y literatos.

lunes, 2 de enero de 2012

LIBRO II- LOS OBJETOS

LIBRO II


LOS OBJETOS



Por: Sandro Montenegro



Resumen

Intento aplicar la hermenéutica textual, al libro segundo de América profunda de kusch, donde se muestra, ese ser latinoamericano con su hedor, y todo lo que ello significa, y de esta manera reclamar su autenticidad, frente a su hibrida y mala copia que profiere la filosofía europea.

Palabras claves: hedor, alienación, ira, viracochaismo, ser, estar, técnica, opresión.



Abstract

I try to apply textual hermeneutics, the second book of deep America Kusch, which shows, that being in Latin America with its stench, and all that means, and thus claim their authenticity, in front of their hybrid and utter bad copy European philosophy.

Keywords: smell, alienation, anger, Viracocha, be, be, technically, oppression.



En el libro segundo, el autor nos presenta 13 temáticas, las cuales van organizadamente siguiendo un hilo conductor, donde un tema, nos lleva a la consecución del siguiente, kusch inicia su disertación con los mercaderes, en donde comenta la diferenciación entre lo que llamamos ser, con ser alguien, sin embargo el autor profundiza en el concepto de ser; esta búsqueda lo remite al concepto de estar, y nos da un ejemplo con Marcían el cual concebía dos energías EL bien y el mal, y emplea una concepción ortogonal, similar al viracochaísmo.

En la santa ciudad, kusch hace una crítica fuerte al cristianismo, tildándolo de una religión para esclavos, en un imperio conducido por hombres ricos, donde la humildad era una virtud muy preciada, la cual fue aprovechada por los apóstoles para ayudar a los pobres de espíritu, de allí “el culto al Cristo crucificado,” cuyo pionero fue Saulo, esto trajo como consecuencia que lo religioso permeara lo político. Por otro lado según Kush, Pablo de Tarso realizo más un adoctrinamiento moral que religioso.

Kusch comenta que el esclavo debe ser humilde, y el cristianismo enseñaba al pobre a conformarse con dicha condición, en cambio el rico y poderoso, se dedicaba a crear el imperio y a gozar de él, sin embargo la situación cambia cuando Clemente de Alejandría interpreta la parábola del hombre rico, Por esta razón los esclavos cambiaron un poco su condición, ya que con su conducta religiosa se hicieron cristianos.

El cristianismo adquirió firmeza mediante la estructura germánica de la familia, la tolerancia se manejaba razonablemente así se evitaba la ira divina, este fue un elemento de dominación, porque solo se salvaban los que se portaban bien, siguiendo el ejemplo de Cristo. Difiere con el dios hebreo el cual era más riguroso y feroz, el dios de moisés, cruel, rencoroso y agresivo, muy diferente, al dios bondadoso cristiano. Fue a partir del asentamiento en Roma que el cristianismo se fortaleció:

“Pero Roma, en tanto recinto amurallado, negaba toda religión, por la simple razón de que toda ciudad la niega ni New York, ni Londres, ni Buenos Aires son religiosos. Ellas sustituyen la religión por la técnica, y esta no es otra cosa que una religión venida a menos’.” (kusch, 129).



El autor, nos remite a la ira del hombre donde explica como la ciudad, en este caso Roma se consideraba el sitio donde se refugiaba una humanidad íntegra vigente y racional. el caso de la anti-ciudad, albergaba los miedos originales, encarnados en el rayo, el relámpago, y la ira de dios, dentro de las murallas de la ciudad estaba la seguridad, el bienestar, la moral y la conducta correctas, afuera solo existía el azar de lo fasto y funesto, y todo ello combinado con una muerte inesperada. El caso de la persona afuera, era morir a la intemperie, expuesto al capricho de la ira, en cambio en la ciudad esto no ocurriría, por otro lado la ciudad da una seguridad material y superficial, en que no entra la plegaria ni la oración, sino el médico o el estado, es por ello que la religión se desvincula de dios y se convierte en una forma de conducta, y por consiguiente se pierde la conciencia de la ira de dios. Es el caso de oriente donde el temor se condensa en los ritos mágicos del yin y del yang. En el caso de occidente, actualmente la ciudad recibe una dimensión como (polis), en la que se refugia el hombre para poner en vigencia su pura humanidad, la historia de la especie humana. El caballo y la rueda apresura el transcurso de la historia, como se dio en el caso de la antigua Menfis, la antigua Ur, luego las ciudades chinas e hindúes, y finalmente la Mesopotamia, pero el fin del proceso, se produce con el milagro griego, con una ciudad sin tierra, en el plano de la creación pura y democrática, con su vehemente culto al hombre.

Las grandes religiones solo fueron posibles por que se dio la estructura sociológica de la ciudad, es decir tanto la religión como la ciudad se necesitan una de la otra. Buda, Cristo, Confucio no fueron más que fundadores de la ética ciudadana sobre la base de miedos antiguos. En este orden de ideas la religión adquiere eficacia con el profeta, pero pierde su efectividad cuando se hace ciudadana.

Kusch afirma que en la ciudad acrecienta la razón, que es la real expresión ciudadana, la cual se manifiesta en el mercader, quien mueve el comercio e industria, es el heredero de la ira de dios, el mundo en este momento es considerado como un depósito de materia prima donde se jalona una economía, un proletariado que va formando historia, era la substitución de la ira de dios por la ira del hombre. El golpe final contra la ira de dios, es dado por el mercader, en donde se cambia la ira de dios por la ira del hombre en forma definitiva.

Todo se maneja a partir de unas lógicas económicas de crédito, que movían una nación entera, es allí donde se implanta el término de progreso, concebido como persistencia y desafío. En ese orden de ideas el mercader y la ira de dios, eran ahora una misma cosa. Después vendrán Descartes y Kant a demostrar que ese ser ya no es dios sino el mercader pensante, que lo que piensa existe, así nace en occidente la base del afán de ser alguien, el cual es perspicaz, que toma la ciudad como centro. El mercader y el ser se hallan íntimamente ligados.

Según Kusch, la gracia divina debía manifestarse en realidad física, en calles y casas agraciadas, es por ello que Calvino y su protestantismo fue un estatuto para el buen ciudadano, pero según kusch toda moral reprime, porque separa la vida buena de la mala, es una forma de regular la convivencia humana, sin embargo se introduce el miedo a encaminarse mal, y este nutre la anti-ciudad, con la prostitución, el latrocinio o la inmoralidad transformada en institución, a mayor reglas, a mayor prohibiciones, aparecerán también mas delitos, es por eso que la moral y la policía se encargan de mantenerla.

El caso de los puritanos asociaban moral y trabajo, la relación moral y maquina, se introduce la visión de que los objetos llenan de cierta manera, el vacio obtenido moralmente, el automóvil, el blackberry, las modas, vienen a colmar esa insatisfacción que no lo sacia la moral, por eso Calvino prohíbe el lucro y el atuendo lujoso, los objetos desde esta perspectiva, conducen a la malevolencia, una fabrica reemplazaría la iglesia, la fabrica seria la iglesia de la inmoralidad, de lo mundano, algunos hombres de ciencia se encargan de moralizar a los objetos y tornarlos dúctiles.

Según kusch los estamentos de control los dueños del sistema, son los sacerdotes demoniacos de un mundo muerto dice kusch. En este orden de ideas ¿estará el error en haber dividido la vida en buena y mala vida? , podemos deducir que las causas del problema pudieron haber sido de haber pasado del mero estar aquí, en un feudo medieval, aun ser alguien en la ciudad, de tal manera que hoy nos parece mal el simple estar y bien el ser alguien.

El problema de la ciencia, el cual se representa con lo fálico que se traduciría como una penetración del mundo. De explorar el universo y todos sus enigmas. Pero a pesar del avance científico, se mantienen las mismas lógicas de poder a nivel económico, político, religioso es decir, que estos demonios seguían haciendo de las suyas, y de allí se desgaja “el patio de los objetos”, es decir la ciudad se convierte en los sectores absolutamente comprensibles de la humanidad. Es decir ponemos muebles o cosas que hemos creado para estar más cómodos en el mundo, la ciudad crea esa posibilidad, pero como consecuencia el hombre pierde la continuación umbilical con la piedra y el árbol.

Según el autor todos los objetos y maquinas creadas responden más bien a una necesidad surgida de la experiencia de ciudad, según kusch estos elementos no son vitales, son solo los criterios técnicos modernos que nos alienan y nos alejan de los utensilios, porque los arqueólogos los han puesto en la prehistoria, hay un enfrentamiento de lo humano frente a la naturaleza, ya que el hacha de piedra, y la máquina de vapor indican un antagonismo frente a la naturaleza sin embargo, el utensilio completa la posibilidad y la seguridad de la subsistencia el hombre, supera con el utensilio su condición de mero animal por que delega el cometido de alterar o de aprovechar el medio.

Las maquinas según kusch, y las estructuras tienen los sellos de un miedo original de vivir. Las maquinas no reflejan más que un considerable y reprimido miedo, y esto se manifiesta en la agresión al utensilio, como el caso de los cohetes interplanetarios, satélites, es una afirmación de agresión al mundo con el propio miedo. Es una manera de encubrir el miedo. Por eso los objetos crean un mundo paralelo al mundo real.

El autor entra a colación la visión de Heidegger, donde los objetos nuevos no son más que los antiguos utensilios, que responden ahora a otro orden de necesidades, es decir han variado las condiciones y el miedo, pero la necesidad es la misma. Inexorablemente tenemos que echar mano a la historia, la cual es cómplice de este proceso, donde el hombre se agazapa detrás del utensilio y es aquí donde los historiadores europeos, solo ven como historia lo ocurrido en los últimos 400 años europeos que favorecieron a la cultura dinámica y urbana. El resto ya va contaminado de prehistoria, salvo Grecia que sirve como mito para la ciudad moderna.

El autor divide la historia en dos tipos, la pequeña historia y la gran historia. La pequeña historia es la que está dentro del patio de los objetos, es la historia de la elite (Napoleón, San Martin, Alejandro Magno), que supone están moviendo a las masas de la gran historia, estos hombres están en plano de ser alguien, porque pertenecen a una elite que finge la ira divina y sustituye a los dioses, que fomentan la industria y el comercio, los cuales se concentran en las capitales, ellos reconocen una historia de elite, como la de los faraones, la de Pericles, la de Belgrano, Mitre o la de san Martin, ellos hacen parte de la idea barbará de que el héroe tiene en sus manos los destinos de un pueblo, pero la historia real, la gran historia, demuestra lo contrario. El verdadero ritmo de la vida, de la especie, esta dado por la masa, ya sea en Francia, en China o en Bolivia, se mantiene el ritmo prehistórico de la especie, en ese plano de la humildad del utensilio pulimentado.

La masa tiene muchos más elementos que la elite, porque ella representa el mero estar en el sentido del estar aquí del indígena nuestro, o del anónimo de nuestra gran ciudad. Ambos sobreviven en la misma dimensión que la especie y esto encierra un mayor margen de posibilidades que la elite. La elite, por estar concretada, carece ya de originalidad.

Quizá la manera de concretar esta oposición entre gran historia y pequeña historia, ira de dios e ira del hombre, masa y elite, o residuo y casta no encuentra mejor significado que este, cuando opusimos el estar al ser. Por consiguiente occidente nunca quiso justificar la masa, el indio, el proletario, esa masa humana que no irá en los cohetes interplanetarios y que deberá quedarse y seguir en la brecha, comprometida con su mísero estar aquí.

Kusch continúa su discurso, con una visión mucho más ontológica la relación, de lo mudable e inmutable, la búsqueda consiste en encontrar lo inmutable dentro de lo mutable, porque de alguna manera se siente la angustia, que da lo mudable, hay un miedo atroz ante el devenir tomado como extinción en el no ser. En el caso de Latinoamérica hay un afán de inmutabilidad a base de técnica y objetos. De 1789-1939 tuvo aparición el aporte más importante de Europa: la revolución técnica ósea lo que llamamos la creación de objetos solo mediante ellos se mantuvo la expansión de su cultura, según kusch los objetos implantaron la posibilidad de hacer colonias, y estas posteriormente dieron las naciones, es en estas lógicas que sesgamos la obra del proletariado amparado por uno de los pertrechos mas importantes de la cultura europea: la ciudad. La cual según kusch viene a condicionar a sus habitantes con las mismas lógicas de una conciencia subordinada a la voluntad de los individuos que la integran por eso para el autor todas las naciones tercermundistas como el caso de áfrica y Latinoamérica son una mentira. En el caso de estados unidos se logro depurar la experiencia del estar y crear un mundo nuevo basado en principios teórico, basado en el terreno de la ciudad, considerado como capsula en un estado vacio. Estados unidos surge de la barbarie anglosajona la cual dio sentido a ciento cincuenta millones de habitantes. Ahí no hay experiencia del ser si no el uso bárbaro de lo que en Europa fue una heroica búsqueda de ese ser. Utiliza los medios pero no da importancia al fin. Sufre según el autor el mal de nuestro tiempo el cual consiste en armarlo todo técnicamente.

El autor hace una comparación entre la ira divina y la ira del hombre. En América se da esa experiencia de la ira ya que esta en el plano del mero estar cuya misión será la deflación de ese ser mítico que heredamos de Europa. El análisis de lo europeo solo sirvió para rebajar el mito del ser y advertir en cambio el mero estar como en el caso de los suburbios en las ciudades europeas, un ser visto desde esta óptica pasa de un simple afán de ser alguien, una manera de destacarse en la competencia.

Según el autor hay dos experiencias muy importantes en el hombre, por una parte la del ser, que se manifiesta en lo cultural, y cuyo génesis se remonta en las ciudades medievales y la otra es la experiencia del estar como sobrevivencia, adaptación, como el caso de los pueblos precolombinos, los cuales tienen una particularidad, la cual es la capacidad de cimentarse a través de una radicación de varios milenios en estas tierras. Entonces se presenta un encuentro entre estas dos experiencias, como es el caso de la invasión de las primeras tribus en América y la llegada de los conquistadores, según el autor. Simulan una gran diferencia en tiempo cronológico, pero se hallan atados por la vida misma, más que por el espacio y el tiempo, estas mismas lógicas se repitieron antes, ya que estas dos experiencias tuvieron un mismo punto de partida, como el caso de Asia donde la especie se distribuye en dos grandes grupos, mientras lo indígena se interna en América para conservar sus tradiciones, orden social y cultural.

Kusch deduce que América no es un lugar de conquista, sino un espacio donde se genera un balance o liquidación de los elementos adquiridos por la especie, un equilibrio que se soluciona casi siempre por la fuerza como el caso de Colón, Pizarro, San Martin o Belgrano. Los cuales eran considerados los profetas del miedo, porque buscaban la parte del ser un poco para ser alguien y otro poco porque les inquietaba el estar aquí en América, porque querían estar comprometidos con la dinámica europea, valga lo que valga.

Según el autor, Colón es la consecuencia de la madurez del mundo occidental, basado en la visión intelectual, técnica y ciudadana del mundo, imponiendo la experiencia de ciudad como forma exclusiva de vida. Es ese mercader que ampliaba su poderío mas allá de Europa, un aventurero desafiando los residuos de la ira divina, que una vez tuvieron fuerza, fue uno de los primeros profetas del miedo cuyo objetivo, era trasladar a Europa a este punto que había descubierto, con deseos de fundar una ciudad alimentada por la técnica, sobre una realidad que no era Europa, sino la del indio.

Cuando Colón parte del puerto de Palos, no solo amplia la pequeña historia, sino también calma la conciencia de los que estaban comprometidos con él, distrayéndola y reemplazándola mediante la nueva dinámica. Es esa nueva dinámica la que Europa tendría que emprender luego en gran escala. Muy diferente el caso de Pizarro que según Guamán Poma, cuando dice que los españoles solo buscaban “haciendas, oro, plata y fornicar con las indias”. Cortes, Almagro y Pizarro eran muy obsesionados con los objetos. Por consiguiente durante toda la conquista, las misiones históricas pertenecían a la historia pequeña y estaban a la venta del mejor postor, fue así que Pizarro entro en estas lógicas esperando hacer rescatado, donde le dieran buen uniforme y bellas damas, cambio su vida de chanchero a colonialista, la conquista estaba en el plano de lo hediendo para los de la corte, y bien que le casaba el papel de conquistador, ya que Pizarro fue una advenedizo pues era un chanchero, y no creía en la ira de dios, ni la del hombre, sino solo la ira de sí mismo, la ira de Pizarro.

El hizo parte de esas lógicas capitalistas, donde América era un simple objeto de explotación, España no era más que una caja fuerte que usaba Carlos V para sus maniobras, o era el campo virgen para que Felipe II, ejerciera a discreción un absolutismo. El miedo los llevo incluso, a simular la apariencia de la ira de dios, a través de la inquisición, para poder dominar la dinámica de la nueva Europa, de allí la inquisición y el centralismo. La idea era generar una civilización, un concepto reñido con el sentir español, sin embargo quedaban rezagos de lo bárbaro, pero hubo profetas que supieron disimular mejor sus miedos, los inmigrantes que se unieron a Norteamérica, resolvieron el miedo volcándose en los objetos, los objetos bajo la forma empresas comerciales, mercancías o instituciones, donde la idea era reemplazar el miedo, crear un mundo sin miedo, donde ellos creían ser los verdaderos profetas de una nueva forma de vida, desecharon la ira de dios y la reemplazaron por la ira de hombre, cimentada en su conducta y su trabajo.

Norteamérica fue poblada por sectas puritanas las cuales Vivian con sus ideales de trabajo mezclado con teología. Ya en siglo XVII España introduce una sospecha, sobre la manera de enfocar la metafísica tomista y medieval, Bacón con su lógica de la ciencia, Kepler con su heliocentrismo, y Descartes con su intelectualismo cientificista. La técnica va introduciéndose con más vigor y fuerza, la economía y el mercado librecambista, es suplantado por el contacto a la naturaleza en donde indudablemente se pierde la búsqueda del ser y se llega a la cruda búsqueda del objeto, a partir de estas lógicas, llega el concepto de sucedáneo, el cual es una manera de llenar el vacío que queda al otro margen del ciudadano el de la inconducta, cuyo verdadera propósito, es crear un olvido de la búsqueda del ser del hombre.

Según kush el cine, la novela policial, la patria, la libertad, la democracia. Son los sucedáneos recientes administrados a modo de narcóticos, estos se dan porque la vida urbana a avivado principios primarios que en antaño se solucionaban con la religión, es así que el sadismo descargado en el cine y la novela, ha contribuido en endurecer el mundo metropolitano, el cual se sustenta de sustitutos para compensar una totalidad mutilada. Estamos ante un mundo que necesita compensaciones para poder vivir, y una de las compensaciones más significativas, es sustituir la religión por la tecnocracia, como otra forma mitológica colectiva, cuyo pionero es estados unidos, en este decurso de la historia se da la sustitución de las cosas de la vida por la de los objetos, y el triunfo de la ciudad como forma exclusiva, se suplanta a dios en su actividad creadora, pero en este caso es la creación de sucedáneos, ya que el hombre necesita compensar su debilidad mediante la creación de objetos. Es por eso que en América estamos para continuar ese proceso, no aremos más que vivir la consecuencia de un proceso, en el cual nunca fuimos causa, sin embargo nuestra clase media urbana lo continúa, con el buen comerciante que cree en su negocio y contamina a otros. Es por ello que la clase media, acapara la labor divina de sustituir a dios, donde se excluye al miserable, aquel que está por debajo de la clase media. En última instancia es la ira de la clase media, quien aniquila y descarga su exacerbación sobre el resto de la especie, que no tiene ciudad y habita en los suburbios. Es similar al Olimpo, la ciudad de los dioses, donde descienden para realizar su labor divina, en las universidades, las bolsas, el gobierno, una especie de “divina comedia”, y esto fue lo que heredamos de los profetas del miedo, la simulación y el engreimiento que esconde la miseria de nuestro mero estar, por consiguiente somos, en parte, aun profetas. Por ello hay miedo en las pequeñas cosas que vamos haciendo, y ese miedo nos torna irascibles. Somos pura ira, puro gesto, puro vacio en el que nos encontramos. Estados Unidos simula su ira con los objetos, con la producción y por ello inventan objetos iracundos, incontrolables, inhumanos, por ello en sur América el miedo está en su cenit y como secuela de este miedo se genera la fagocitación, expresión mediante la cual lo que creamos resulta reblandecido y sin tensión.



Referencias Bibliográficas

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- Rodolfo Kusch. América Profunda. Fundación Ross, Argentina.2000.

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