Regresar el pensamiento y tratar de ubicarlo en distintos espacios concadenados nos permite comprender por qué las cadenas del presente pesan tanto, porque el adagio popular que incita a la repetición de la historia en un pueblo que se jacta de desconocerla, se enuncia como máxima inconsciente en los espacios en los cuales el pensamiento común se expresa con autoridad.
La historia “ha muerto” declara con satisfacción los posmodernos, avancemos en el tiempo presente declarando que el pasado no es significativo por la sencilla razón de estar allá, en ese lugar donde ya no se puede cambiar nada, y al contrario si nos avergüenza.
Estas nuevas generaciones somos el resultado de una historia sin Ethos filosófico, somos posibilidad en lugar de ser decisión de posibilidad, nos condenaron antes de nacer, nos enterraron antes morir.
El mestizaje es una maldición que nos concurre cada década, cada lustro; las elites criollas y su amor por las migajas nos impidieron ver el sol de la libertad y nos condenaron por los siglos de los siglos, a vivir (como lo expreso Gabo(2004)) cien años de soledad y sobre todo como expresa la introducción de este texto a no repetirlo como lo comprendió en su momento, el momento final, Aureliano.
Marques (2004)
Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.
La historia de Colombia se construye sobre la nostalgia de la posibilidad de pensarlo diferente, y observar que no es diferente el antes que el ahora.
Ese ahora que se presenta justo aquí, que evoca el antes, y evidencia la catarsis de cualquier intento de coherencia entre legalidad y praxis, se concreta en la lucha por la representatividad de lo público y de lo privado entre Liberales radicales y su intento por la federación de la gran Colombia y la imperiosa necesidad de regenerar la conciencia de un Estado que se diluida en una simple Colombia sin su “gran”.
Camelo(s/f) Comenta:
La Colombia de la segunda mitad del siglo XIX fue un país paradójico: conocía entonces su primera eclosión renacentista desde los sombríos días de la colonia y, a la vez, padecía las penurias de la miseria y el atraso como legado de la sórdida sociedad señorial basada en la propiedad territorial heredada por una minúscula dinastía vinculada por la sangre familiar, las clientelas políticas y las prerrogativas de la tradición. Es esa paradoja la que se expresaría desde la Revolución del Medio Siglo XIX hasta la Guerra de los Mil Días, esa conflagración hecha de premura, farsa y tragedia que terminó inaugurando tres desgracias de las que el país no consigue reponerse aún: amputó del costado de nuestra geografía el promisorio istmo de Panamá; pervirtió los últimos jirones que aún quedaban de patriotismo en el partido liberal; y condenó al país a más de Cien años de Soledad, arrastrando la indigna circunstancia de ser una nueva colonia bajo el poder imperial de Estados Unidos. (p.1)
La intención del texto radica en la exposición de la formación del concepto de Nación en Núñez, pero es imperioso correlacionar variables que permitan comprender de una forma más acertada como y de qué forma Núñez construye su proyecto político no aislado, sino más bien como respuesta al sentido necesario y suficiente de la historia como proceso jamás discontinuo sino al contrario, en un devenir que exige rendición de cuentas en cada generación, aunque en nuestro caso jamás hemos aprobado el examen que nos otorga el titulo de espíritu absoluto.
Partamos de un principio fundamental, Colombia se ha construido sobre la base de un ciudadano alzado en armas que tiene la guerra como discurso de identidad, anexados al discurso de los agravios y de la sangre derramada, discursos que estructuraron los inicios de la república y de la patria como bien lo expresa Uribe (2001), situaciones que lo alejan del ciudadano propiamente occidental reconocido este como un individuo autónomo en todo el sentido de la palabra.
¡No!, nuestro ciudadano es un cumulo de colectividades que se construye sin un ethos filosófico y que está en contante disputa por las representaciones publicas que construyen su identidad, no sobre categorías epistemológicas, sino mas bien sobre categorías practicas, es decir es un ciudadano el cual ve en el partido la esencia del Estado o demás construcciones ilustradas.
Urrego Miguel A. (s/f) comenta:
Asimismo la dinámica política de estas décadas creó fuertes sentimientos de pertenencia a los partidos políticos liberal y conservador, que se forma en los años cuarenta. El resultado fue que la idea de nación adquirió un sello partidista, los incluidos o excluidos en el proyecto de nación de cada colectividad eran en principio, opositores políticos. (p. 15)
El ciudadano colombiano jamás ha construido nación o estado, pero ha logrado perfeccionar la patria y la república.
Usted lector estaría tentando a pensar que mi pensamiento y sus ideas hasta ahora aquí expuestas son el resultado de una esquizofrenia historia o en su defecto las intenciones de un terrorista en potencia, pero lo invito a que revise los discursos de nuestro ex presidente Álvaro Uribe, y observara como la patria y la república toman significación para enunciar la responsabilidad de nuestros ciudadanos con la causa; a estas alturas no le quedara más que leer a (Uribe2001) y comprender que es hora de construir verdaderamente un estado y una nación.
Pero siguiendo con mi intención, - y pido al lector tener paciencia si en ocasiones divago en el sentimiento- de mostrar como la construcción de la “nación” o de solo su concepto, en el periodo de la regeneración y especificadamente en el pensamiento de Núñez, sigue las lógicas históricas de intereses de un ciudadano poco racional y mas colectivizado, alzado en armas que propende por la defensa de un republicanismo más que de un estado y que puede llegarse a comparar a el hermetismo propio de las casa de los Asturias, en el momento en que gran parte por no decir toda Europa giraba en torno a las ideas de la ilustración.
La regeneración buscaba de nuevo entregarle a los designios de Dios y sus representantes en la tierra a ese nuevo individuo que crecía bajo las interpretaciones de los liberales radicales, así el culto a la “libertad, fraternidad, e igualdad” que desembocaría en un individuo autónomo, consciente de su papel en la historia podría compararse con un individuo de talante pecadora y en contra de los designios de Dios.
Urrego Miguel A. (s/f) comenta:
La Regeneración legitimó, desde la Constitución de 1886 y el concordato, una noción de nación según la cual la Iglesia era el factor fundamental de cohesión de la sociedad, y por tanto, la ley, la educación y la política debían definirse a partir de principios de moral católica; consideró las pasiones políticas fuente de la anarquía que vivía el país por lo cual intentó sustituir la política por prácticas morales. Para ello se instituyó al católico virtuoso como el paradigma del ciudadano; se afirmó que el liberalismo era sinónimo de pecado y escuela foránea de pensamiento. Además las nociones de soberanía popular y Estado laico se consideraron impías; por último se resaltaron los nexos culturales con España en ámbitos tales como la lengua, la religión, las costumbres, etc. (p. 15)
La fundación del concepto o de la nación en sí misma es la evolución de un conflicto primitivo, que se impregna en la conciencia del colectivo y se expresa tácitamente en la lucha entre aquellos liberales radicales y la disidencia liberal que abraza con amor judaico las posturas del conservadurismo y las intenciones históricas del clero en el país, (pensar en Bolívar – Santander – o en el peor de los casos la alianza Álvaro Uribe – Conservadurismo, no resulta coincidencia, resulta desgracia perpetua), la constitución de Rionegro de 1863, se desvanece y cede paso a la regeneración y el pacto sagrado entre conservadores e iglesia.
Núñez, como Álvaro Uribe, sienten en su ser una imperiosa necesidad de ser los elegidos de la divinidad, los mesías esperados, que deben desterrar de la tierra todo aquello que no se exprese en “democracia”; hay que hacer una limpieza, el primero en contra de los últimos reductos de la tendencia marxista- lenilista y los sobrevivientes de Marquetalia y el segundo en contra de aquello que fundamentara en cualquier radicalismo.
Camelo(s/f) Comenta:
Núñez falleció el 18 de septiembre de 1894 de hemorragia cerebral, balbuceando a doña Soledad las mismas palabras que recién escribiera a Carlos Holguín: "He creído deber de conciencia hablar a usted de que... es evidentísimo, y me deja en la convicción absoluta de que el hombre sobrevive a su peregrinación terrena. Dios ha querido revelarme la verdad de este modo en premio de mi anhelante espiritualismo... Y me pregunto: ¿En qué queda la ciencia humana?"1(citando a otro autor). Así murió el Regenerador, en la auténtica inautenticidad, pretendiendo presentarse con "convicción absoluta", como Juana de Arco, destinatario de la revelación divina, pero terriblemente acosado por la única certidumbre que le acompañó hasta el sepulcro: la de haber vivido y morir sin convicción alguna. (p. 2)
Traigo a colación dentro de este escrito a Álvaro Uribe, con la única intención de mostrar como las ideas expuestas en las primeras líneas son una promesa que debemos pagar.
Ahora bien en relación a la posibilidad de la construcción de idearios o proyectos políticos propios tendientes a la consolidación de un estado o de una nación, referenciada a los referentes ilustrados o en su defecto a los sentidos mentados propios de la organización norteamericana, el pensamiento de Núñez sigue la tradición de mantener el poder compartido con la moral católica, abandona poco a poco el liberalismo y se enfila en las proyecciones identitarias del proyecto conservador.
Camelo(s/f) Comenta:
Ya en 1875, en carta al jefe conservador Carlos Martínez Silva, Núñez proponía la "reorganización del ejército federal, de manera que deje de ser instrumento de partido o electoral", y añadía: "El gobierno federal no se mezclará en asuntos de culto; pero su indiferencia no será absoluta al tratarse del culto católico, siendo como es este culto el de la casi totalidad de los colombianos"2. (Citando otro autor) (p.3)
Pareciese la concreción y la evolución del pensamiento español en las prácticas y en el pensamiento de este líder político, una evidencia concreta de un retroceso histórico, una vuelta a la casa de los Austrias.
Urrego Miguel A. (s/f) comenta:
La Regeneración igualmente pudo crear unos mitos fundacionales muy coherentes con el proyecto político. Se dotó a la nación no sólo de un tinte conservador sino además de una reconstitución de su pasado (el hispanismo) unos símbolos patrios (himno nacional) una virtud del colombiano (la catolicidad), una institucionalidad fuerte (leyes contra los opositores, constitución, centralismo, y facultades omní-modas) y una redefinición de las fiestas nacionales (consagración al Sagrado Corazón de Jesús).(p.15)
La concepción conservadora llevó no sólo a imponer una práctica política l imitada y excluyente sino que desde ese principio restringió la nacionalidad, pues sólo los católicos virtuosos podían pertenecer a ella. Bajo estas condiciones el escenario político le fue cerrado al disidente y su única opción fue la violencia. Por ello, la formulación del proyecto de la Regeneración únicamente podía suponer la guerra de los mil días. (p.15)
Quiero cerrar esta perspectiva con la enunciación del papel de los Estados Unidos y su interés por el Istmo de panamá y el papel jugado por Núñez.
Bolívar lo había previsto, más allá del problema que representaba España para la naciente república, había un enemigo que a futuro traería miseria a los países del sur, Bolívar sabía que su “hermano” del norte tenía una voracidad incalculable y no se equivoco, 52 años después de su muerte en el senado de la república se expresaba:
Camelo(s/f) Comenta:
"Para lo que pueda convenir a la República, te advierto que los Estados Unidos han resuelto apoderarse del Istmo de Panamá. Quisieron hacerlo pacíficamente, por medio de un tratado con nosotros; pero se han encontrado con la dificultad de que ni hay presidente que pueda constitucionalmente entrar en tal negociación, ni habrá Senado que la autorice; entonces han pensado en sustituir al Gobierno constitucional por un Gobierno de hecho, que no teniendo limitaciones constitucionales, se preste a lo que desean. Al efecto, han ofrecido a los radicales el dinero necesario para derribar al señor Núñez; los radicales han rechazado la oferta, y entonces por parte de los Estados Unidos se ha determinado entenderse directamente con un Gobernador del Estado de Panamá, para contratar con él y desposeernos de nuestro territorio". Agrega el senador Álvarez: "Preocupado andaba yo con la idea de que los Estados Unidos anduviesen buscando un traidor para poner en Panamá, cuando me encuentro con la novedad de que el señor Núñez había contratado un representante de ese Estado, quien había figurado como miembro de la oposición, y que de repente apareció de agente del doctor Núñez con la misión de ir a Panamá" y lograr "que por cualquier vía torcida el señor Núñez fuese declarado Gobernador de ese Estado"7.(citando otro autor) (p.3)
El papel de Núñez queda especificado en el párrafo anterior, la reafirmación de la subordinación de la república a un estado nación de verdad.
Las consecuencias de un proyecto político de este talante, en el cual se enfrentan las dos posiciones, préciese ese movimiento lineal en el que el demiurgo juega a los dados, momentos en los cuales el espíritu absoluto no se hace concreción por la inmadurez de su corporalidad a histórica.
Francisco (1983) comenta:
Asumiendo la interpretación de Núñez, se puede concluir que, el proceso de la historia es ciego en apariencia, es inexplicable en su superficie, por ser profundo en su contenido. Fuera de él, en el plano humano, los hechos solo tienen mediana o aproximativa comprensión, aun siendo los hombres los ejecutantes básicos de ellos. Por eso afirma que el papel del hombre es “proponer” el curso de la historia y el de Dios “disponer” su sentido.
Esto es la concreción de la tesis central del texto, la posibilidad de quitar los enunciados propios de la idea ilustrada que de alguna manera había impregnado a los liberales radicales y le otorgaban al hombre poder sobre sus designios, y retornar de nuevo a la razón medieval, en la cual Dios reclama su trono en cabeza de Núñez, para durar 105 años más.
Se pierde el territorio, así como cualquier intento de significación categórica que devele el paso del devenir, no hay superación del espíritu subjetivo, y su una entrega total a la casualidad como acontecer histórico.
Se ha mencionado que la regeneración de Núñez, busca consolidar un individuo con un ethos particular, la obediencia absoluta a una nación que se profesa católica, y que espera que sus ciudadanos dirijan sus acciones éticas y morales al cumplimiento de los designios divinos, expresados por Dios en sus representantes terrenales. “La relación existente entre los dos niveles de la historia (citando a Núñez), está posibilitada por la intermediación que se establece entre la guía divina y las acciones de los pueblos, a través de sus grandes exponentes” (Francisco (1983) p. 6)
Para Núñez era necesario que las prácticas societales correspondieran con la relación individuo sociedad, pero encontraba en este primer modelo liberal una exageración de la individualidad del propio sujeto autónomo ajustado al liberalismo ilustrado de la revolución francesa, individuo que solo era posible rescatar desde una base religiosa y una reorientación política, que según él había adquirido a partir de sus experiencia tanto en EEUU como en Europa, así como las diferentes ideas que circulaban desde escuelas de pensamiento como el utilitarismo, el positivismo e ideas de pensadores como Mill y Spencer .
Francisco (1983) comenta:
En América Latina y en Colombia comparativamente, encuentra Núñez que el balance histórico, contaba con unos precedentes funesto, causante de grandes fracasos. Observando el panorama, decía: “En el curso de nuestra vida independiente el mantenimiento del orden publico ha sido la excepción y la guerra civil la regla general”; a causa prioritariamente de la mentalidad individualista erigida por formula política salvadora, puesto que, según anota, con ella se instauro “el imperio desordenado de las inteligencias primitivas en medio de la profunda ignorancia de masa medio salvajes”(citando a Núñez) Reiteradamente señala que esta responsabilidad caía sobre aquella mentalidad idealizada y por ende inconsistente con la realidad social, calificada de semisalvaje. No se trataba tan solo de un problema de incompatibilidad especifico, sino de lo que era en el fondo más importante, de una situación de imposibilidad política, por la cual el enfoque teórico no correspondía a la esencialidad humana, cuya característica social y no individual, exigía formas políticas que colocaran en primer plano la preservación de la colectividad, sus valores y sus instituciones, lo que tenia que hacerse de una manera mas definida en AL, por la naturaleza incipiente de sus pueblos (p.31)
En Núñez la nación está determinada como lo expone Francisco (1983) por cinco factores fundamentales: casualidad, cambio, relativismo, renovación, conservación, factores que estaba opuestos en su gran mayoría a los que fundamentaban el discurso liberal radical, y que buscaban justiciar la relación entre Ley-circunstancia-divinidad. “Esta correspondencia, entre Ley-circunstancia-Divinidad, establecía la validez – adaptabilidad-moralidad y legalidad de las leyes, al igual que su temporalidad” (Francisco (1983) p. 33)
Esta categorías pueden seguirse en forma concreta en el nuevo sistema político que buscaba ordenar desde una esencia divina la degeneración en la que había caído el hombre de las luces en Colombia y que se expresaba mas tácitamente en aquellos que profesaban el liberalismo radical y que dieron vida a la Constitución de Rionegro, la misión profética de Núñez, consistía entonces en regenerar ese hombre que había caído en el caos y el pecado por profesar su individualidad.
Sin embargo purificar este hombre y conducirlo hacia una verdadera república central, limpia de gamonalismo locales, no fue tarea fácil, y solo posible por medio del ciudadano republicano y patriótico que expone Uribe(2004), justo allí desde el discurso del ciudadano alzado en armas y una justificación de un gobierno de autoridad, se da la implementación del estatuto básico que buscaba la unión, redactado por Núñez y que sería la guía para la purificación de la república, el cual preponderaba como expone Francisco(1983) entre otras, la eliminación de cualquier rasgo del liberalismo radical y de su expresión concreta en la Constitución de Rionegro, así como el reconocimiento hacia la educación religiosa como principio básico de educación, todo esto siguiendo las experiencias de países como Alemania, Suiza y los Estados unidos.
Estas vicisitudes expuestas en este corto y superfluo escrito, sobre la construcción de nación en Rafael Núñez, despierta a bien saber lo que expone Santos (1994) en el prologo al texto de Rafael Núñez de Indalecio Lievano Aguirre, o bien una admiración o un repudio por esta figura política. “desde su punto de vista liberal ha querido revisar todo un criterio liberal de medio siglo para juzgar al hombre más discutido y mas aborrecido en las filas del Liberalismo”(Lievano1944)prologo de Eduardo Santos. P. 7).
Bibliografía
Fráncico (1983), Bases Teóricas de la “reforma política en Colombia” de Rafael Núñez”. Medellín. Colombia. Monografía de grado. Ubicación, Biblioteca Luis Ángel Arango
Lievano, Indalecio (1944) Rafael Núñez, Medellín, Colombia. Librería Siglo XXI.
Uribe, María T. (2001), Nación, Ciudadano y Soberano. Medellín, Colombia. CORPORACIÓN REGIÓN
Camelo Alfredo(s/f), La tragedia de la Guerra de los Mil Días y la Secesión de Panamá, extraído el 8 de Mayo de 2011 de http://deslinde.org.co/IMG/pdf/La_tragedia_de_la_Guerra_de_los_Mil_Dias-_Alfredo_Camelo_Bogota.pdf
Urrego, Miguel A. (s/f) Mitos fundacionales, reformas políticas y nación en Colombia. Nómadas, recuperado el 8 de Mayo de 2011 de http://www.ucentral.edu.co/sites/publicaciones/images/stories/iesco/revista_nomadas/8/nomadas_8_1_mitos.pdf
Uribe, María T. (2004), El republicanismo patriótico y el ciudadano armado*. En Estudios políticos. No. 24. Medellín. Colombia, extraído el 8 de Mayo de 2011, de http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/colombia/iep/24/4%20el%20republicanismo%20patriotico.pdf
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